miércoles, 3 de agosto de 2011

-Mi imaginación no tiene límites.

-Hoy Enma cumplía 16 años. Se levantó a las once y media de la mañana, bajó a la cocina y no había nadie. Volvió a subir y entró en la habitación de sus padres y de su hermana mayor; nadie.
Otra vez en la cocina, se preparó un buen desayuno con tostados y zumo. Después cogió su portátil, encendió la radio de la tele a todo volumen y se dispuso a hacer un vídeo bailando.
Pasaron las horas y Enma se despertó, miró el reloj, eran las siete y media de la tarde. Al ser invierno, estaba bastante oscuro. Sintió hambre y se hizo un bocadillo.
Al acabar de comer, llamó a Violeta, su hermana. No le cogió. Llamó a su padre y depués a su madre, ninguno le cogieron. Pensó que habrían salido a comprarle los regalos.
Al día siguiente, se levantó temprano y tampoco había gente en su casa, ni rastro de nadie; las camas estaban iguales al día anterior, la cocina, el salón, todo. Enma asustada llamó a la policía pero nadié le cogió. Intentó hablar con su abuela, y tampoco.
Después de comer, se vistió y salió a la calle. No había absolutamente nadie, pero ella pensó que como era domingo, era normal.
Fue a la casa de una amia de su hermana, timbró y no le respondió nadie. En el bar de al lado tampoco había gente, estaba cerrado, y eso era bastante raro.
Cada vez estaba más preocupada, casi llorando, no sabía a quién buscar. Se hicieron las ocho y ella seguía en la calle.
Pasó al lado de unos contenedores muy grandes y olían muy mal. Vió una bolsa de basura negra, muy grande; la abrió y dentro había trozos de carne. No se preocupó hasta que vió zapatos y ropa de humanos. Miró en más bolsas y en una encontró una cabeza, la cabeza de su padre. Y en otras estaba su hermana, la amiga, su abuela, los del bar, la vecina, todos.
Derrepente vió detrás de un contenedor a una persona, ella se hacercó para ver si sabía algo. Le miró a la cara y se escuchó un grito.
Era su queridísima madre, que la había matado.
FIN.

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